La subida al Mortxe ha sido cortica, pues hemos dejado el coche en la antena de encima de Azanza, y de ahí, hemos comenzado a andar. Ha sido un paseíco corto, pero suficiente para ir tomando contacto después de mi esguince.
La excursión ha estado protagonizada durante todo el recorrido, por las vacas:
No hay comentarios:
Publicar un comentario