No hemos andado mucho. Este domingo nos hemos dedicado a la fotografía y sin grandes logros.
Nos hemos dirigido a la zona de Izagaondoa, con la intención de fotografiar campos extensos de verdes trigales o quizás, otras tonalidades. No hemos encontrado nada que nos llamara mucho la atención.
Hemos parado en un pueblo llamado Iriso y hemos sido recibidos por un perro que no nos ha dejado en paz. ¡Menos mal que no les tenemos excesivo miedo a los perros!
La iglesia del pueblo, por fuera claro, es muy bonita y muy curiosa su puerta principal.
La siguiente visita ha sido al despoblado de Beroitz, donde hemos encontrado la iglesia en ruinas y un par de casas muy derruídas.
De allí hemos seguido subiendo hasta la sierra, desde donde hemos podido apreciar el pantano de Aoiz, la chimenea de Ecay, así como varios pueblicos cercanos.
Ha sido una vuelta cortica, que sirve para cerciorarme de lo vaga que estoy últimamente en el monte.
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