Hemos dejado el coche en Ardanatz y hemos subido al Tangorri. Nos hemos cruzado con muchos ciclistas, korrikalaris e incluso con paseantes a caballo, todos y todas disfrutando del primer día de sol y de las flores del camino.
¡Parece mentira con lo que ha llovido!
Hemos ignorado un sendero que nos llevaba a Aranguren y siguiendo al frente, hemos tomado una senda hacia Irulegi. El camino, en un momento dado, tenía que vencer un paso algo arriesgado, escalonado y con cierta altura.
Lástima porque hubiera supuesto el segundo buzón del día, después de la larga temporada que llevo sin ver ninguno.
Ha sido una salida bonita, primaveral y para gozar al aire libre. Por cierto, el primer canto del cuco me ha pillado sin un centimo en el bolsillo, como siempre, ¡claro!
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