La mañana estaba lluviosa y cualquier ruta que eligiéramos iba a ser para mojarse o, empaparse en la nieve. Hemos elegido ir hacia Erro, y al final hemos acabado en Lintzoain, con la intención de subir al Tiratun.
Completando así, una vuelta circular, que ha resultado muy bonita y muy agradable, ya que la nieve estaba recién caída y en su mejor textura y espesor para disfrutar de ella.
Hemos visto infinidad de huellas de diferentes animales, y también un zorrico que se ha cruzado en el camino.
¡Qué ilusión!
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