En esta ocasión hemos salido en sábado y no en domingo, como es habitual.
Pablo está resentido de su rodilla y, de nuevo, le está dando problemas para andar.
Por ello, y porque no sabemos cuándo retomaremos nuestras salidas montañeras, hemos aprovechado al volver de Roncal a Burlada, para hacer un alto en el pantano de Yesa y subir al pueblo abandonado de ESCO.
Nos ha sorprendido mucho su estado de abandono, la cantidad de casas derruídas y la sensación de bombardeo que se te queda al pasar por sus calles.
He aquí alguna foto como muestra de ello:
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