Primero hemos ido a la ermita de Santa Marina, desde allí se pueden apreciar unas vistas preciosas hacia los cuatro costados.
Dejando la ermita atrás, nos hemos dirigido hacia el Ojo de los Gentiles, roca espectacular, que se aprecia desde la carretera de la Barranca, y a la cual tenía muchas ganas de acercarme. Ha sido imposible llegar hasta ella, porque está en pleno cortado, pero si, hemos pasado muy cerca.
¡Una pasada de vistas!
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