Hoy nos hemos contentado con la vueltica al robledal de Orgi, que aunque corta, es espectacular.
La hemos realizado al revés de lo que marcan los números, con la intención de llegar al observatorio de pájaros cuanto antes, y así, poder disfrutar en solitario y en completo silencio de los pequeños visitantes que se van acercando al comedero: ratoncillos, petirojos, carboneros, picatroncos...
¡Una gozada!
Los árboles, también están muy bonitos. Son espectaculares las larguísimas ramas de algunos robles, así como, las diferentes formas que sugieren algunos troncos, invitándonos a imaginar formas de animales.
El parque estaba hoy muy concurrido y, además de paseantes de todas las edades, también hemos visto disfrutando a tope, grandes cuadrillas preparando sus comidas en el fuego, o, jugando al balón, o, recorriendo el laberinto etc, etc.
Hemos terminado nuestra excursión visitando el pueblo de Lizaso y tomando un pincho de txistorra en el bar del pueblo.
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